Marco Antonio;
Asiento aquí mi traición. La acepto. Acepto una traición de palabra: el verbo es el principio de todo, sin él no puedo relatar tu historia. Te traiciono también de obra, porque te haré creer que he muerto, y de omisión, pues no diré lo que he olvidado y otras cosas que no quiero recordar.
“Bajo la luna que hoy nos visita”, confieso que no contaré tu historia sino la mía. Recuerdos de lo vivido contigo, alterados por la nostalgia, por el discreto pesar que causa el paso del tiempo.
Confieso, Marco Antonio que la palabra lleva implícito el engaño: su inseparable carga de deseos y frustraciones. Por eso, mi mayor traición será no decirte que te amo, y escribirte, describirte, transformado en el capricho de mis percepciones.
Cleopatra
martes, 17 de julio de 2007
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