Lo que imagino yo, lo que imaginas tú, está ahí dentro. Desde lejos he visto la inquietante entrada. A través de ella, un mundo fantástico conecta al nuestro. Aparecen magos de mágicos poderes, pájaros que bailan, hombres que vuelan, princesas que lloran y duermen, monstruos que se convierten en príncipes, otros que matan, elefantes que desaparecen, enanos, gigantes...
Desde niña me inquieta cruzar la frontera, eliminar la distancia que separa esa entrada de mi butaca: atravesar el telón, subir al escenario e internarme entre miles de historias maravillosas, pero no me atrevo. La siento lejana, inaccesible y así prefiero conservarla: una zona prohibida.
Sí, decido conformarme con el levísimo atisbo que me ofrece la función, porque dicen que el maravilloso encanto de aquel mundo, se disuelve cuando los mortales cruzamos su frontera.
martes, 17 de julio de 2007
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