martes, 17 de julio de 2007

En Concierto

Con el grupo de MC llegó al hotel Alejandro Fernández. La mujeres corrían alborotadas de un lado al otro tratando de verlo, y bromeaban, contando de qué serían capaces si se les presentara la oportunidad. Dice Viana que bajó solo al bar a ver el football, y que a ningún otro se lo hubiera permitido, pero cuando este subió su patota a la mesa, hasta masaje le hubiera dado al “papacito”. Todas se quedaron a oírlo cantar, pero yo soy más aburrida: me fui a casa a dormir.
... estaba yo en el hotel trabajando y como que ya era tarde y él andaba por ahí solito. Nos encontramos y me preguntó algo que ya no sé ni que fue, pero en el peor de los casos se justifica, porque siendo él quién es, aunque no me guste, me puso nerviosa. Total, me dijo que no había cenado y como yo tampoco lo acompañé. Llegamos al comedor donde estaba toda mi familia en una larga mesa. Todos hicieron una pausa disimulando para mirar al que venía conmigo, después siguieron la plática. Mi abuela lo miraba encantada, festejándole cada gesto, cada comentario. En un momento que me distraje, el cantante sacó, no sé de dónde, un regalo de Cartier que me puso sobre la mesa. Todos me miraban al abrirlo fascinados. Pero ¡qué desilusión! ¡qué desperdicio haber comprando algo tan caro y de tan mal gusto! Aún así me sentí halagada. El tipo me empezaba a caer bien y mi madre se dio cuenta y me dijo que estaba bien que lo llevara una vez a cenar, pero que no me fuera yo a emocionar con un tipo como ese.
Desperté al día siguiente y regresé al hotel. Las que asistieron al concierto contaron emocionadas su experiencia. Alicia dijo que era una pena el estado en el que estaba. Tomó tequila tras tequila por dos horas y media mientras cantaba y ya venía drogado desde el principio. A su habitación lo llevaban casi arrastrando y con la mirada perdida. Yo recordé el comentario de mi madre y hasta sentí un hoyo en el estómago, porque en mi sueño, el tipo había empezado a caerme bien.

No hay comentarios: